Qué complicado es aceptar que no estás como te gustaría. La voluntad y el deseo de que algo mejore no tiene efecto. Puedes emplear la disciplina para modificar algún centímetro pero en el fondo sigues sintiéndote a la deriva, justo como esa metáfora tan universal de un grano de arena en el océano. A nadie salvo a ti le importa la corriente que te arrastrará sin que puedas hacer absolutamente nada. Y es lógico. Cualquier vida, también la más ordenada y ejemplar, es otro grano de arena movido por la fuerza del agua o a merced del viento que azota la playa.
Y a qué conduce saberlo. A qué. De qué sirve. Desearía recordar con más intensidad esa sensación de estar bien que tenía a veces, hace no tanto. Por qué se perdió. Por qué la perdí. Por qué no pude abrazarla para que permaneciese más tiempo recordándome la suerte que tengo.
Aunque quiera encontrarme mejor, aunque desee estar bien, aunque me esfuerce por no pensar más no lo consigo. Qué hace falta. Qué hay que hacer. Quién lo sabe. Dónde está. Cuándo llegarán los buenos tiempos.
Los niños madrileños empiezan a esconder banderas palestinas en los
crucifijos
-
Necesitamos tu ayuda para poder seguir publicando este y otros contenidos
en abierto. Si eres oyente de «La semana en El Mundo Today» puedes
suscribirte y ...
Hace 18 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario