A veces me sorprendo dejándome llevar por la ira. Es un golpe súbito. Innecesario casi siempre, servero, vulgar, descontrolado, fulminante y corto, estúpido, evitable, desenfocado. Y siempre, siempre, siempre me arrepiento de esos cinco segundos de confusión en mi cabeza que me arrollan más que al destinatario de mi insolencia.
No entiendo qué resorte salta y hace que pierda el dominio sobre lo que escupo. No lo entiendo pero a partir de hoy voy a dejar de intentar entenderlo y a tratar sólo de evitarlo. Me lo prometo.
España no puede confiar en un presidente que dimite por unos bulos torpes
que difundió nuestro becario
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Sánchez se retira a la llorería. ¿El motivo? Proteger a su príncipe azul
(esposa) de cuatro bulos mal pergeñados por nuestro becario de 23 años,
Dieguito D...
Hace 2 horas
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