Estoy en saber qué tuerto me dedica sus miradas. Más cíclope que tuerto ha de ser el jodío que me satura de virus y me gasta ciber bromas y cenas con sal y me mira de lejos aunque aliente en mi cogote.
Los días se van y no enfoco. La cabeza sigue trotando hasta capitales y hasta letras capitales. Tantas horas sin acción esperan su turno que ya hasta es divertido no hacer. Tengo un amor nuevo que se llama E., cómo has podido estar ahí arriba sin que te diera una oportunidad. Ahora leo solamente a golpe de confianza. Ganas de aprender. Eso sí, eso, afortunadamente, sigue siendo un minúsculo motor.
Parece que este cuerpo quiere llamar mi atención, hala, ya te hago caso chiquitín.
El señor elegante ha vuelto a llamar. Transmite calma, sube la autoestima y propone retos, citas y proyectos.
Aunque la dispersión sea profesional algo bueno habrá en tanta parada técnica.
Una mujer descubre que su marido llevaba años viviendo una media vida
-
Tras 40 años de matrimonio, Sole Trivigno, natural de Segovia, ha
descubierto que su marido llevaba años viviendo una media vida. “Siempre
ponía excusas pa...
Hace 5 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario