Buscar este blog

lunes, 5 de abril de 2010

TWO FOR THE ROAD

Si al escuchar esto no te emocionas puede que te hayas muerto.

La primera vez que vi Two for the road (S. Donen, 1967) estaba en la carretera con unas cincuenta personas más. Viajaba en autobús desde Madrid y no me importó mucho que me viera llorar mi compañero de asiento. Creo que también pude llorar de risa con esa peli. Y qué decir de los estilismos de Audrey Herpburn. Tan Courregès. Tan Rabane también.




Stanley Donen ha dirigido buena parte de las películas que más me gustan del mundo mundial. Y two for the road es probablemente una de mis favoritas. Describe perfectamente cómo son las relaciones. Cómo se van haciendo feas. Cómo pueden recuperarse. Cómo dependen de algo inexplicable. De eso tan inexplicable que es querer a alguien a pesar de todo. Mejor dicho, de eso tan inexplicable que es querer querer a alguien.



¿No entran ganísimas de verla?

Tengo el día poco inspirado así que mejor lo dejo aquí o me dispersaré de modo profesional. Nada más. Excepto sonreir, porque en Two for the road también trabajó el gran Henry Mancini. Por cierto, ¿no es curioso que la pieza más conocida de Mancini la compusiera en realidad Nino Rota?

No hay comentarios:

Publicar un comentario