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viernes, 28 de octubre de 2011

VIVE COMO PUEDAS



Con los libros me pasa algo parecido a lo que me pasa con los hombres. Me cuesta mucho que me guste alguno y, a juzgar por mi lamentable trayectoria al respecto, no por exigente conocedora de la naturaleza que transito sino por falta de criterio. Sin embargo, en esta ocasión me atrevo a afirmar que anoche empecé y terminé una de las historias que más me han gustado en los últimos meses. No era difícil, su título hace referencia a una de mis películas favoritas: Vive como quieras, de Frank Capra.

Ya he dicho por aquí que la extravagancia y la excentricidad son los sustantivos con los que más me gusta convivir. Y con sus epítetos ya, ni lo cuento. Entre ellos y quienes a mi juicio los representan me siento cómoda y feliz. Y los Vanderhof o como se escriba (los de la peli), y los Ruiz Puy (los del libro) son buenos paradigmas de cómo la torpe gestión de la normalidad a veces te encumbra a los altares de la paradoja.

Menos mal que quedan muchos libros por leer y muchas películas que ver. Habrá que bajarse de la montaña rusa para disfrutarlos. Habrá que subirse, como diría Everest, a algún otro chisme originiario de la Unión Europea dado que el soviético no está resultando nada conveniente.


Qué risa Luis. Qué putada la vida así, en general.

Pero qué risa Luis Ruiz Puy.

domingo, 16 de octubre de 2011

Prodigios de la literatura

"Existen muchas clases de silencio. El silencioso avaro, que se reserva sus opiniones para repasarlas con mordacidad y detalle en cuanto se queda a solas. El silencioso resignado, que jamás se plantea la posibilidad de tomar la palabra porque está convencido de que no tiene nada que decir. El silencioso perverso, cuyo mayor placer es disfrutar de la curiosidad que su mutismo despierta en los demás. El silencioso impotente, que quisiera decir algo pero nunca encuentra el momento y es, en realidad, un hablador frustrado. El silencioso estricto, que ni siquiera cede a la tentación de confesarse a sí mismo sus secretos. O el silencioso precavido (...) que ha apredido a callarse ante las opiniones ajenas para no resultar incómodo"

A. Neuman, El viajero del Siglo. Pp. 352.

jueves, 6 de octubre de 2011

COSAS

Este blog es como un novio prudente, bonachón y desapasionado. No pide nada, ni agita, ni revuelve, ni quiere volver, empezar o romper. Es como un novio imposible, supongo. Y los novios imposibles son como el tabaco. Sabes que es malo y que te acabará matando pero como vas a morir igual pues ahí sigues, enganchada o enganchándote, que casi es peor. Sí, sin el casi. Es peor, claramente, es ponerte a fumar con treinta y tantos. Una estupidez.

Entre el pop, el cine, Punset, el neuromarketing y las palabras "afecto" o "felicidad" en los últimos premios de ensayo todo parece indicar que la cosa relacional ahora es importante. Más importante. Y alivia saber que no eres marciana si eso te preocupa más que ninguna otra cosa. Ya sé que influye la ausencia de otros problemas que de momento no lo son y podrían serlo. Hay cinco millones de parados y eso te deja sin respiración. Pero si tienes trabajo al rato vuelves a respirar y si se te corta de nuevo seguramente será únicamente por lo que te afecta. Afectos.

Hoy todos citamos a Jobs. Y su invitación a morder la vida con pasión tiene tantas interpretaciones como personas la interpretans sintiéndose protagonistas, con una misión por cumplir.

Hacemos lo que podemos. Y da gusto que haya un ripio, un refrán o una apostilla para la indulgencia personal. Pues eso.

Encenderé un cigarrillo a mi salud.