Este blog es como un novio prudente, bonachón y desapasionado. No pide nada, ni agita, ni revuelve, ni quiere volver, empezar o romper. Es como un novio imposible, supongo. Y los novios imposibles son como el tabaco. Sabes que es malo y que te acabará matando pero como vas a morir igual pues ahí sigues, enganchada o enganchándote, que casi es peor. Sí, sin el casi. Es peor, claramente, es ponerte a fumar con treinta y tantos. Una estupidez.
Entre el pop, el cine, Punset, el neuromarketing y las palabras "afecto" o "felicidad" en los últimos premios de ensayo todo parece indicar que la cosa relacional ahora es importante. Más importante. Y alivia saber que no eres marciana si eso te preocupa más que ninguna otra cosa. Ya sé que influye la ausencia de otros problemas que de momento no lo son y podrían serlo. Hay cinco millones de parados y eso te deja sin respiración. Pero si tienes trabajo al rato vuelves a respirar y si se te corta de nuevo seguramente será únicamente por lo que te afecta. Afectos.
Hoy todos citamos a Jobs. Y su invitación a morder la vida con pasión tiene tantas interpretaciones como personas la interpretans sintiéndose protagonistas, con una misión por cumplir.
Hacemos lo que podemos. Y da gusto que haya un ripio, un refrán o una apostilla para la indulgencia personal. Pues eso.
Encenderé un cigarrillo a mi salud.